No es la de otra, ni la mía, ni la de nadie más, es la tuya la que quiero. Es la tuya en la que pienso y en la que me intento centrar. Es con la tuya con la que tiemblo y no con la de las demás. Es la tuya la que puede, la que cuesta y la que duele al estar tan lejos. La misma con la que sueño y la que me hace despertar.
No lo sabes pero aún te miro y al mirarte la persigo y la busco sin parar. Porque la echo de menos y me puede hacer daño, pero sé que si la veo aguantaré un poco más. Por eso es tu sonrisa la que necesito y no la de los demás.
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