miércoles, 20 de noviembre de 2013

Vinicio Riva, el enfermo que abrazó al Papa

"FUE COMO EL PARAÍSO, EL PAPA NO DUDÓ EN ABRAZARME SIN SABER QUE NO ERA CONTAGIOSO"


Venid a mí todos los que estéis cansados y agobiados, y Yo os aliviaré
(Mateo 11, 25-30)

Muchas veces, como católico practicante, me he preguntado qué es la Iglesia y cuáles son sus primerísimos fundamentos. He encontrado una de las mejores respuestas en la historia que por casualidad he leído hoy:

Era el 6 de noviembre de 2013, hace dos semanas, y Vinicio Riva, un italiano de 53 años, había acudido acompañado por su tía a la Plaza del Vaticano donde cada miércoles el Papa se encuentra con los fieles que allí acuden. Nuestro Vinicio padece la enfermedad de von Recklinghausen y su cuerpo entero está lleno de llagas y bultos que, a pesar de ser benignos, le provocan picaduras insufribles y una deformación corporal horrible: "Soy un ser deforme, estoy acostumbrado a que la gente salga huyendo cuando me ve". 

A primera vista la reacción lógica al ver al hombre de la imagen sería de rechazo, pero ¿os imagináis cómo debe ser la vida de este hombre? ¿Cuánto dolerá ver en la mirada de la gente una expresión entre el miedo y el asco al verte? Cómo tiene que ser saberte rechazado por tanta gente y que de pronto llegue un hombre vestido de blanco, que se llama Francisco y que además es el Papa, y te abrace con todo su corazón y amor: "El Papa ni se detuvo a pensar si me abrazaba o no. Mi enfermedad no es contagiosa, pero él no lo sabía. Bajó del altar, yo le besé la mano, mientras que él con la otra me acariciaba la cabeza y las heridas. Después tiró de mí, abrazándome con fuerza y besándome el rostro. Traté de decirle algo, pero no pude, la emoción era demasiado grande. Fue como estar en el paraíso".

Lo que el Papa hizo me ha hecho ver lo que la Iglesia es: la Iglesia es la que nunca te deja solo, la que te acoge aunque nadie más lo haga, la que te abraza y te besa aun a riesgo de que estés enfermo y puedas contagiarla, la que te quiere con todos tus defectos e imperfecciones. Y es que para Dios TÚ eres perfecto... el perfecto imperfecto, el niño de sus ojos.


2 comentarios:

  1. Estás on fire con el blog!! ;)
    Sin duda de lo mejor que has compartido..!
    Grande el Papa Francisco!!

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